El pasado mayo conseguí una gesta personal importante al volver a subirme a una moto de carreras y competir después de lo que me pasó en Man en 2013. La historia de la vuelta a casa de mi moto va camino de ser tan recordada como mi propia andadura de nuevo a las carreras.
Todos sabemos o intuimos que la logística es un tema importante cuando uno intenta llevar sus bártulos a Islas inglesas para competir, pero lo que llevo pasado este año es digno de ser descrito para que la gente sepa de las vicisitudes que tienen que pasar todos los que intentan correr con pocos medios.
La moto la envié en una caja con todas mis pertenencias como he hecho siempre que he corrido en las Islas. Unos años tuve la suerte de que alguna empresa de transporte me patrocinara, de manera que era un coste menos. Otros años fue un patrocinio parcial, y algunos no existió. Mandar una caja con una moto vale unos 2000€ ida un vuelta. Algunos años mandé hasta 4 cajas de motos y material (¿recuerdas 2012 con 5 motos en todas las categorías?).
Este año, esperando respuesta de antiguos patrocinadores en este tema, al final me quedé sin nada, con lo que añadía un coste más a una campaña sencilla pero que de nuevo no conseguí cubrir ni al 50%. Un último as en la manga fue el que intenté unos pocos días antes de la fecha límite para hacer el envío: Recordé, entonces, que había conocido a una persona que dirigía una empresa de gran tamaño que básicamente se dedicaba a la logística y en bastante medida al transporte de motos también. Quien me conoce bien sabe lo que me cuesta pedir favores aunque en estos líos de las motos estoy obligado a ello a cada instante pues ya sabéis que este es un mundo de ricos en el que los pobres en él somos, simplemente, unos grandes equivocados. En fin, era cuestión de llamarle, saludarlo y exponerle el caso por si estuviera en su mano echarme una. Otra vez la mala suerte se pasó por aquí. Conseguí hablar con él, pero estaba el pobre tan indispuesto que pospusimos la llamada irremediablemente... Pero yo no tenía margen, quedaban dos días para el dead line y la conversación nunca se llevó a terminar.
Así fue que envié la moto por la agencia de siempre y asumiendo los 1000 euretes (adiós a utilizar ningún neumático nuevo en la Northwest), pero lo hice sin fecha de vuelta. Había dos razones, una era, la principal, que estaba inscrito en el TT de la Isla de Man cual iba a ser mi guinda del pastel a esta vuelta a las carreras, pero finalmente, al negarme ellos la licencia de la montaña (eso da para otro post tan grande como este), descarté ir. El caso es que hasta la misma semana de la Northwest 200 no supe lo que iba a pasar, así que no pude decidir nada antes. Curiosamente, solo unos días antes había conocido a Francisco y su hermano, Antonio Gustavo, granadinos, moteros y buena gente donde los haya, que no sólo me "acercaron" al aeropuerto de Málaga en mi viaje a Irlanda, desviándose nada menos que 200 km para ello, sino que además me ofrecieron traerme el cajón de Inglaterra una vez terminaran las carreras pues tenían camiones que hacen esa ruta. En fin, un patrocinador en toda regla, pero además sin pedir nada a cambio. En fin, geniales.
El caso es que, una vez supe en Irlanda que no iba a bajar a Man, "activé" la opción de estos amigos y empecé a preparar todo para traerme la moto con ellos una vez terminada la Northwest. No iba a ser un transporte rápido, pero si muy barato (aun tenía que pagar el bajar la moto desde Irlanda al sur de Inglaterra donde Francisco podría recogerla). Hablé con Francisco y dio orden a sus agentes de que le buscaran un porte con dos palets menos para poder meter mi caja al final del camión.
La orden estaba dada pero mi moto estaba en el paddock de la Northwest 200 en el norte de Irlanda y Francisco solo me podría recoger la moto de algún punto cercano al puerto del sur de Inglaterra (Portsmouth) por donde sus camiones llegan a la Isla. Entonce fue cuando me acordé de mi amigo John Shearer y su conocido Dick Currant, de Currant Transportes, que mueve motos por todo el Reino Unido. Hablé con él y me dijo que no había problema, que serían unas 100 libras y que podría hacerlo relativamente pronto. Ahora venía otro problema, ¿dónde me la mandaba? Por que yo no tenía la fecha de cuando el camión podría llegar por allí así que tendría que dejarla en algún sitio mientras tanto. Así que fueron pasado días mientras hacia todas estas gestiones. Entre tanto Dick recogía la moto del paddock porque, a pesar de que aún no tenía donde dejarla en el sur de Inglaterra, debía de recogerla pues la seguridad en el paddock dejaba de trabajar y entonces la moto podría quedar allí al amparo de los amigos de lo ajeno. Dick la recogió y yo, después de semanas de llamar a concesionarios, tiendas de motos, etc, etc, (unos podían pero no tenían torillo, otros no tenían espacio, otros decían que si fuera de su marca...) encontré un almacén que, a 13 libras por semana, no tenía problema de almacenar la caja. No todo estaba hecho, ahora tuve que esperar otras buenas casi dos semanas para que Dick tuviera viaje al sur.
Para todo este lío nos habíamos metido ya bien en junio, y la moto todavía danzando por ahí. Entonces, una vez la tuve allí, en el sur de Inglaterra, era cuestión de que uno de los camiones de Francisco la recogiera...pero claro había otro problema...
Se estaba terminando la campaña de la manera abrupta que siempre lo hace...de un día para otro. Es decir, las frutas y hortalizas que salen de mi bendita provincia y que son el material a transportar por miles de camiones hacia Europa, entre los que se encuentran los de mi amigo Francisco, se quedan prácticamente sin mercancía alguna nada más empieza el mes de junio. Se intentó todo pero ya nunca salió ese viaje a Inglaterra...
Así es que la moto seguía allí. En un almacén del sur de Inglaterra donde ya me había 'comido' unas cuantas de esas semanas a 13 libras más IVA... Además, aunque parezca lo de menos, tras más de dos meses la moto empaquetada en esa caja con todo el material, empezaban a aparecer en mi cabeza otros fantasmas... La ultra ligera y carísima batería de litio se me va a fastidiar, el mono, el casco, etc van a empezar a criar moho en esas condiciones que luego a ver cómo quito, etc...
Tras el fuerte desembolso de correr en Irlanda y tras varios meses en paro (sí, aprobando oposiciones entre tanto, pero sin plaza, ósea, sin previsión de trabajo cercana) lo último que me venía bien es recurrir a los 1000€ de levantar el teléfono y decirle a la agencia que sucumbía, que lo había intentado pero no había manera de traerme la moto sin pasar por el golpetón de los 1000. El caso es que, buscando en la red, encontré una página llamada 'Shiply' que es como un buscador de ofertas de envíos y con el cual probé. Encontré varias ofertas por debajo de 500€ en cuestión de horas, por lo que empecé a buscar cash para contratar de inmediato.
Entre tanto de mí desesperación, hablando con dos o tres amigos en distintas esquinas de España sobre el tema, me piden que les mande medidas y dirección de donde está la caja que iban a mover hilos para traérsela... Gracias, chicos.
En fin, obviamente, conociendo mi suerte, estas opciones no salieron.
Volví a Shiply un miércoles por la mañana y contraté de inmediato con un transportista inglés que me había dado el segundo presupuesto más bajo y tenía buenas críticas. Ya no podía aguantar más por ningún lado, estaba desesperado. Se acercaba el final de julio y la cuenta la no salía por ningún lado y el temor incluso a perder la moto me empezaba a perseguir. A todo esto Currant, el que la bajó de Irlanda al sur de Inglaterra, me manda un mail con el total del transporte que aún no le había abonado, y que pasaba de las 100 libras, que más o menos me dijo que valdría, a ser 200... No digo que sea caro o no los valga, pero ya imaginas cómo se me quedó la cara...
Jueves, me escribe el transportista. " Antonio, podemos recogerla hoy o mañana y la semana que viene la tienes en España' Wouao, dije, mejor imposible, pensé, al menos esta pesadilla va a terminar rápido... Era cuestión de avisar al almacén de mudanzas de que el transporte iba a pasar a recoger y ya está...pero, ¿adivinas? Después de mil llamadas y mails por mi parte y por parte del transportista inglés, no hubo manera de contactarles. ¿Habrán cerrado? Madre mía ¿dónde estará mi moto?... Ya no sólo todos esos temores sino que, como sabría después, el no recogerla esos días me llevaría a otros quince días de infierno que aún no ha terminado y que no sé si no estás ya suficientemente aburrido como para leer...
A la semana siguiente, yo a punto de denunciar el caso a la Interpol, el del almacén me llama y me dice que es que se había ido de vacaciones unos días... Idílico. En fin, no contestar por ningún medio no me parece de este siglo, pero vale. Ahora entonces tuve que esperar otra semana entera a que mi transportista tuviera uña camión por la zona para recoger la caja. Lo cual finalmente ocurrió.
La semana siguiente, vamos, hace 10 días o así, me paso esperando recibir noticias de la partida del camión a España con la moto, pero todo lo que escucho es que la policía francesa está intensificando los controles en la frontera inglesa (Calais) debido a los ataques terroristas, lo que supone que quien llegue a Dover en Reino Unido para coger el barco a Francia tendría que esperar unas 12 horas de cola... Voiala, ahí lo tienes, el transportista dice que no manda el camión a España hasta que no se resuelva el tema fronterizo...¿Qué más podría pasar?
Desesperado y hastiado, la verdad, espero con un poco más de esa resignación que crece en mi jardín de toda la vida, a pesar de tener otros árboles y flores de excelente porte. Es como las malas hierbas, inevitable.
La verdad es que preferí olvidarme del tema un poco, me estaba quemando. Ya me llamarían, digo yo, ya se normalizaría lo de la frontera, decía. Y me llamaron. Ocurrió el pasado día 3 de agosto. La moto, por fin, parecía haber llegado a España...
"Sí, buenos días, me llamo xxxxxx y sobre el gerente de una empresa de Burgos, verás, es que me han descargado una caja roja.... En fin, yo es que estoy esperando unas patas de acero inoxidable de una máquina que vienen de Inglaterra, y pensé que quizás eran, pero al abrir la caja y ver una moto y un montón de bolsas...entonces vi tu teléfono en una caja de herramientas y te he llamado, ¿sabes algo de esto?"
Poner en palabras la descripción de mi cara al escuchar a este buen hombre es como intentar responder a esa pregunta que me hacen una y mil veces '¿Y qué se siente al competir en la Isla de Man?....
Empecé a pensar que, aunque los privados tenemos todas las papeletas de la mala suerte siempre a nuestro disposición, esto se estaba pasando y tendría que empezar a tener cuidado con gatos negros, tuertos y demás por qué la cosa iba casi de mal en peor... ¿Peor? ¿Realmente puede ir a peor? Sí...
Cogí el teléfono cuando la taquicardia se me había pasado un poco y llamé al transportista inglés. Este me dijo que no entendía cómo había pasado que por la mañana a primera hora lo resolvía. La mañana siguiente no recibí comunicación alguna... Así que por la tarde informo a "Shiply" del problema pues yo había contratado con ellos en primera instancia.
Los de "Shiply" me contestan:
"Sentimos los problemas, por favor póngase en contacto con el transportista, se llama Manuel xxxxx y su numero es xxxxx."
Dije yo, ¿pero si era inglés?. En fin, será que este señor es un enlace en España. Le llamo a este Manuel y después de hablar con él media hora llegamos a la conclusión de que él no sabe ni tiene nada que ver con mi envío. Qué cada uno saque sus conclusiones del servicio de este buscador y de su organización interna que no son capaces ni de darme las señas correctas de quién yo he contratado con ellos...
¿Perdido? No del todo aún. Hace tres días me llega el correo del transportista inglés:
"Mire, no puedo hablar con el conductor, está de vacaciones. ¿Dónde dice que le han dejado la caja?
Ya no sé si coger la escopeta, que no tengo, pero esto es como esas veces que dicen en los pueblos, 'eso con dos bofetadas se le quita' o eso o llamo al Mota para que haga un especial de mi caso y se forre, porque esto, llevado al absurdo, debe de ser de risa...
En fin, y así a día de hoy, 8 de agosto.
Me pareció curioso compartir con todos los que me siguen una historia que de alguna manera u otra he vivido en otras circunstancias pero que ilustra bien la problemática de afrontar retos para los que uno no está preparado (al menos económicamente), y como el competir en carreras exije de una multitud de factores y carambolas que deben de salirte bien para poder conseguirlo, sobre todo en casos como el mío de liarse una manta a la cabeza e irse nada menos que a la Meca de las carreras de más de 3000 km de mi casa. Imaginaos si esto es solo para participar, que debe de ser intentar ganar o conseguir resultados... Pero yo sigo sonriendo, ni estos ni otros podrán conmigo, ya sabéis.
Un saludo y agradecimiento de antemano a todos los que seguro me mandaréis vuestros ánimos sobre esta "Historia interminable" que espero que se resuelva algún día... De este verano de 2016.
Actualización (16/08/2016) pasados unos días...
El jueves 11 de agosto recibo una llamada que dice: "buenas tardes le llamo de la empresa de DSV porque yo acabo ya de llegar de vacaciones pero me he encontrado en la mesa una nota para que recoja una caja que tiene usted" ¿una caja que tengo todo??? Claro, esto se lo dices a alguien en una situación normal y bueno te contesta diciéndole señorita creo que se está usté aquí volcando y la caja me la tienen que traer a mi, pero claro, en la situación en la que ya me encuentro de desesperación con este viaje las ganas que me dieron de mandar a esta señorita un poquito más lejos fueron bastantes, pero claro, educación por delante, le contesté la primera de las opciones. Después de explicarle el caso y darle el número de teléfono de la persona de contacto donde ellos erróneamente habían entregado mi caja, detalle que yo no debía de conocer, la señorita me dijo que iba a intentar recoger mañana mismo, hablando por el viernes día 12, la caja para poderentregármela el martes siguiente, hoy día en el que hago es que esta actualización, o el miércoles como muy tarde. Bueno, pensé, parece que este desastre y este auténtico despropósito de transporte va a llegar a su fin envía poder olvidarme un poco de todo esto... Qué equivocado estaba... Otra vez.
El viernes pasado intenté ponerme en contacto con la misma señorita que me había llamado puesto que el miércoles de esta semana tengo que hacer un viaje y estar todo el día fuera y no habría nadie aquí en casa para poder descargar una caja metálica para lo cual se necesita usar un torillo. El caso es que el número de teléfono del desde el que ella me llamo, con prefijo 91 de Madrid, no tenía respuesta ni tampoco el que utilicé más tarde que me habían enviado amablemente como datos de contacto el transportista inglés que al parecer había hecho la primera parte de este transporte desde Inglaterra que luego al parecer subcontratan o no sé exactamente como con esta empresa de DSV.
A todo esto, en cuanto pude calmarme ligeramente el jueves pasado después de la llamada me di cuenta de que la señora había mencionado esta empresa que más arriba pongo su nombre, la cual rápidamente me vino a la cabeza como algo familiar que yo conocía. Por supuesto, era la empresa de la persona conocida que anteriormente en este post describo como gerente de una multinacional de transportes con el cual había tenido contacto profesional en el pasado. Qué curiosidad que yo le llamé en su momento para intentar que colaboraba con mi proyecto de alguna manera y qué ahora me encontrase precisamente en esta situación tan embarazosa con su misma compañía por un error de bulto precisamente en el transporte de mi moto de carreras para la que pensé en pedirle colaboración... Qué desgraciadamente pequeño es este mundo, a veces.
Pues nada hoy me levantaba con unas ganas terribles de pensar que la moto estaría ya de camino hoy martes o como mucho mañana miércoles, como me prometió la interlocutora de la empresa de DSV con la que hablé la semana pasada, pero no, no iban a ser las cosas tan fáciles. De nuevo, intenté ponerme en contacto con el único número de teléfono que tenía de Madrid pero no hay manera de que allí contestase nadie, ni tampoco en el número de teléfono que me habían facilitado como digo el transportista inglés para ponerme en contacto. Así es que decido mandarle un correo de nuevo al transportista inglés pidiéndole por favor que me dé alguna otra manera de contactar con esta empresa española para poder saber de la situación de mi envío. El transportista inglés se pone en contacto por correo electrónico con esta empresa española con un mail el cual me manda en copia y les pide que por favor se pongan en tu contacto conmigo para informarme. No pasan ni cinco minutos que recibo una llamada de una persona de esta empresa que me dice lo siguiente
"Buenos días, me llamo xx X de la empresa de DSV y le llamo porque tengo aquí una nota para recogerle un la caja que tenemos que enviar."
Les digo, 'esto es una broma, verdad' en ese momento mi interlocutora detecta inmediatamente el tono con el que voy a seguir la conversación y parece que eso le empuja a echar un vistazo más profundo en la nota que debe tener encima de la mesa que inmediatamente se da cuenta de que yo soy la persona en a la que deben de entregar la caja y no donde deben de recoger, para empezar....
"Ay, perdón, usted debe ser la persona a la que hay que entregárselo. Le pido disculpas. Voy a ver si localizo donde está la caja y me y consigo los datos de la persona remitente para poner en todo esto en marcha lo antes posible."
Otra vez tengo que hacer un esfuerzo sobre humano para tratar de desencajar mi cara que parece que se ha sellado con cemento porque no doy absolutamente crédito a lo que estoy escuchando, que es prácticamente lo mismo que me dijo la otra interlocutora de esta misma empresa que me llamó el pasado jueves, no me lo podía creer. No sólo no habían recogido la caja, sino que parece que no había ocurrido absolutamente nada ya que la llamada parecía exactamente a las y absolutamente nada sabía puesto en marcha aún.
En uno de los ejercicios más difíciles de contención que he sufrido en los últimos años, intento calmarme y hablarla con la educación que es muy difícil conseguir en casos como el que me ocupa, aunque imagino y estoy seguro de que esta interlocutora en concreto con la que hablo esta mañana no tiene en sí misma la culpa de todo este desaguisado.
En fin, intento, y creo que lo consigo, no cargar todo en esta señorita que me llama esta mañana, pero por supuesto no dejo de transmitirle mi absoluta incredulidad y tristeza por el trato que se me está dando en el caso de este transporte. Así es la situación actual de esta odisea en la que se está convirtiendo poder traerme la moto en una caja desde las tierras irlandesas donde competí allá por el pasado mayo.
Espero poder volver a actualizar este blog en breve con noticias algo más favorables porque pienso que ya es físicamente imposible que la situación se complica más, aunque viendo la suerte que estoy teniendo últimamente dejo un margen a la posibilidad de que yo ocurra.
Antonio Maeso
Road Racer
Ufff Antonio, recuérdame que hagamos algo parecido a la Isla de Man pero en España. Será muy tentador irse a correr para allá pero visto lo visto tienes más paciencia que el Santo "Hope" vamos esperanza es lo último que se pierde. Un saludo y a ver si vienes a dar esas charlas de bancos de potencia al Jarama.
ReplyDeleteUfff Antonio, recuérdame que hagamos algo parecido a la Isla de Man pero en España. Será muy tentador irse a correr para allá pero visto lo visto tienes más paciencia que el Santo "Hope" vamos esperanza es lo último que se pierde. Un saludo y a ver si vienes a dar esas charlas de bancos de potencia al Jarama.
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