Mi fin de semana en Villalba fue de los de recordad. Creedme. La amabilidad, el cariño de los aficionados y los pilotos que fueron allí, que son todos ellos auténticos apasionados de la moto, fueran sensaciones que me hicieron sentirme como en casa desde un primer momento. También encontrarme con viejos conocidos de mis años en la isla fue muy especial. Pero es que, además, y justo el lunes antes de coger el avión de vuelta a casa, Paco de Villalba, alma mater del evento, me tenía preparada un sorpresa que me iba a impresionar.
Carruxo es un fabricante de remolques cisterna y aperos de labranza que comenzó su actividad allá por la posguerra civil por los padres y tíos de José, el actual gerente y anfitrión de mi visita. En la actualidad tienen una fantástica fábrica en Villalba, la cual me permitieron visitar haciendo para mí, de ese día, uno muy especial.
De todos es sabido mi interés y afición por la ingeniería, las herramientas, la maquinaria, la soldadura, la mecanización, etc, etc, y resulta que, de todo ello, en Carruso son unos especialistas.
La visita empezó viendo la colección de fresadoras de todo tipo que tienen al entrar en la enorme nave donde fabrican las cisternas. Me quedé embobado viendo toda esa maquinaria entre la que tenían unos tornos CNC además de un enorme Nervión 315 convencional. Maquinaria pesada de verdad.
Sin embargo, no había visto aún lo más pesado. En un sala adjunta a la fábrica encontré una máquina que parecía algo así como una prensa y que resultó ser un martillo gigante que actúa como prensa para fabricar unos ganchos del remolque. En el horno que tienen al lado del mismo ponen el hierro a una altísima temperatura y es entonces cuando lo introducen en el molde, momento en el cual el enorme martillo entra en acción. Curioso lo que me contaban de que enterrado en el suelo de la sala se encuentra otra parte de la máquina tan grande como la que hay de la superficie hasta arriba. Impresionante, la verdad.
Espectacular hasta donde ha llegado esta empresa familiar. Tan familiar que...... Me enseñó una culata de una moto que su abuelo, fundador de la empresa, quería fabricar (sí, fabricar desde cero) para lo cual, no corto ni perezoso, hizo un molde y fundió una primera unidad que nunca terminó de mecanizar pero que su nieto guarda con nostalgia. A mí me pareció un acto de verdadero emprendedor y personal resolutiva el intentar fabricar su propia culata en aquellos tiempos, donde ni por asomo la empresa tenía la ingente cantidad de maquinaria de la que disponen hoy.
En fin, para un "chatarrero" como yo, la visita a un paraíso del tratamiento del metal fue un verdadero gozo ,que siempre recordaré y agradeceré a los que lo hicieron posible, ya que me hicieron muy feliz ese día enseñándome todo aquel arsenal de una manera tan acogedora y amable.
Antonio Maeso
Sep 2015
un dia de los que hacen historia, JEFE, Jose Carruxo y su cuñado Carlos, nos visitaron en el Grandstand del TTdel 2012, y que menos que devolverles la visita , que puedo decir yo de Jose Ycarlos, gracias a ellos dos , las dos ossas monocasco seran relaidad y eso yo nunca lo olvidare, GRACIAS CARUXO
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