Luz al final del túnel?

Han pasado casi tres meses desde que tuviese el fatal accidente en la Isla de Man. La verdad es que ha sido un periodo durísimo de mi vida y, como ya os conté en la entrada que hice anteriormente, lo he pasado bastante mal y el futuro no es ni va a ser nada fácil para mí.

Estoy un poco más animado, ya me quitaron todos los vendajes, grapas, etc, aunque el de "el agujero" por donde salió el fémur, como le llamo yo, ha durado un poco más. He ganado algo de movilidad ya que he conseguido algo más de fuerza y estabilidad utilizando las muletas y algo de flexión ,aunque sea mínima, de la pierna dañada. Las heridas van cerrando poco a poco sin problemas ni infecciones estos últimos días. 

Los que me seguís por las redes sociales habréis visto que he empezado a comentar e interactuar con vosotros todos en referencia al mundo que nos gusta que es la moto de competición. Sin embargo, no tenía prevista hacer esta nueva entrada en particular ya que me gusta, en realidad, bien poco hablar de mí, sobretodo cuando no está relacionado directamente con la competición y no tengo también la necesidad de satisfacer puntualmente a los sponsors que tanto me han ayudado a poder competir. Pero, ante la generosidad infinita que mostráis muchos de vosotros por saber de mi evolución, os escribo esta pequeña entrada para deciros un poco la situación actual ante la imposibilidad de contestar uno a uno a todos los que me escribís. 

Mi moto y mi padre a mi lado minutos antes de salir en la NW200

Hace un mes que fui a ver al doctor Pérez, mi amigo Carlos, de aquí de Almería, para una revisión rutinaria y seguir curando las heridas que tenía en la pierna. En aquellos rayos X se pudo ver que los huesos estaban todavía sin soldar y muy frescos, lo que era explicado por el traumatólogo por el poco tiempo que había pasado, el tamaño y el número de fracturas, y la realidad de que la pierna había sufrido mucho desgarro y la vascularización era mala de principio. Una nueva medicación, con sobredosis de calcio y otra nueva inyección cada noche, deben o debían de ayudar a que los huesos soldaran más rápidamente. El mes de agosto me ha recordado al primer mes en el hospital de Liverpool, salvando las distancias claro, ya que las noches sin dormir debido al calor y al dolor de la pierna me hacían recordar el calvario que viví en Inglaterra. A pesar de todo, ya he conseguido ducharme alguna vez por mí mismo y también consigo ir al cuarto de baño decentemente y utilizarlo casi como si estuviera en condiciones normales, lo que pueden parecer menudeces, pero sin embargo ayudan mucho, psicológicamente, a sentirse algo mejor.

Psicológicamente, ya que lo menciono, siempre he sido medianamente fuerte, pero este trance de retirarme, estar dolorido, inactivo y tras un año durísimo con la pérdida de mi padre y todas sus consecuencias, son toda una prueba de fuego para la más sana e indestructible de las mentes. Solo la familia me da la luz necesaria para poder ver más allá del pozo en el que me he metido y del que difícilmente saldría sin ellos.

A pesar de los incesantes dolores e incomodidades, espero como loco que llegue el mes de septiembre para la siguiente revisión en la que sueño con que el traumatólogo me de la luz verde para intentar empezar a rehabilitar. La pierna tiene ahora mejor pinta y color que hace tres semanas cuando grabé el vídeo que tenéis más abajo sobre el estado de la pierna una vez descubiertos los apósitos, y recomiendo encarecidamente que NO lo vean aquellas personas que sean susceptibles a heridas y demás, pero que he incluido porque me parece pertinente que la gente entienda un poco de dónde viene mi gran depresión y preocupación por el futuro, y por mucho que os cuente, una imagen vale más que 1000 palabras. Veréis porqué lo del "record" de daño en una "caída" sin ni siquiera tocar el asfalto... maldita curva.. ¿qué coño habría allí en el suelo...?

Aparte de esa esperada revisión en septiembre, estoy haciendo algunos ejercicios que me ha mandado mi amigo Manu, y espero, de cualquier manera, ir a nadar a una piscina en septiembre aunque se dieran las malas noticias de que no pudiese apoyar en el suelo y tuviese que esperar algún tiempo más. Entre tanto, preparo (es un decir, no soy capaz de estar sentado por el dolor más de 5 minutos seguidos) algunos exámenes que me dejé en el tintero e intento, como sabéis, deshacerme de mi material de dos ruedas para afrontar problemas más gordos a corto plazo, porque supongo, o eso siempre se ha dicho, qué ya vendrán tiempos mejores... Cuidaros.

BR/Gracias y saludos
Antonio Maeso