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Monday, April 6, 2015

Antonio Maeso Reloaded

Recuerdo aquella frase de Peter Tyer que me repetía una y otra vez en los primeros años del TT...
"Antonio, this is the hardest race in the world"

Se ve que atacar los retos más difíciles también trae las consecuencias más complicadas que te puedas imaginar...

Hace justo un año ahora, en abril de 2014, montaba este vídeo, en un lento y sencillo inglés, con la intención de informar a los médicos que me habían operado en Inglaterra y que me habían pedido algunas imágenes para poder determinar mejor mi situación en aquel momento. Así es que lo hice en uno de esos terribles días de rehabilitación en los que sufría constantemente para conseguir flexión de la pierna, sufrimiento que se puede apreciar en mi rostro en aquellos momentos y que poco a poco ha ido mejorando con el tiempo a pesar de que aún deba seguir con la misma intensidad mis ejercicios de flexión para poder llegar más lejos y volver a subirme en una moto de carreras en el futuro.



En las imágenes se puede ver que la pierna había mejorado mucho respecto del principio de la fisioterapia cuál fue unos 6 meses antes de la grabación de estas imágenes, pero muestra también, y claramente, las limitaciones y las dificultades para seguir mejorando una pierna que, según los médicos ingleses, estuve casi a punto de perder. 

En el vídeo también se puede apreciar una cuestión que vengo comentando a todo el mundo que me pregunta por la evolución de la lesión: la lentitud del progreso. Lo cierto es que en aquellos primeros meses gané unos 50 grados pero la evolución ha sido siempre más y más difícil conforme ha pasado el tiempo y toda la musculatura alrededor de lo que queda de rodilla ha ido cogiendo fuerza y costándole más estirarse y prolongarse, además de que psíquicamente uno se encuentra cada vez menos predispuesto al enorme sufrimiento que hay que aguantar para poder seguir progresando y ganando grados. Fijaos que ahora, un año después de ese vídeo, he conseguido ganar solo unos 15 ó 20 grados más, lo que da fe de lo que expongo en este párrafo. 

Todo se ha ralentizado este año desde entonces, es muy difícil mantener el mismo nivel de concentración e ímpetu cuando estás dando más del 100 por 100 de tus posibilidades para conseguir un objetivo. Y yo iba gas a fondo todo el rato y sabía que iba a llegar este agotamiento tarde o temprano. Otra cosa que he perdido en el camino eran mis 20 km de bici diarios, debido a tener que dejar la casa donde vivía y podía hacerlo. Además, mi paulatina reincorporación a una vida que he tenido igualmente que reinventar en todo este periodo, ha hecho también que pueda disponer de cada vez menos y menos tiempo efectivo para dedicárselo a la rehabilitación de la pierna.También se puede observar, en unas últimas fotos pasadas casi a modo flash al final del vídeo, el aparataje y tremenda obra de ingeniería que consiguieron montar los médicos, con acero inoxidable, para poner mi pierna reconstruida y derecha. Todos los especialistas que han visto las imágenes y los rayos X me confirman que el trabajo es de muy alta calidad y que he tenido suerte de contar con personas que pusieron tanto empeño en aquella reconstrucción. Les estaré siempre agradecido a los médicos del hospital de la Isla de Man y por supuesto a los que hicieron el gran trabajo reconstructivo del Royal de Liverpool. 

De todas formas, y para no perder la costumbre, incluso en las peores circunstancias he conseguido traerme algún trofeo a casa en este año horrible, ya que, cojeando y arrastrándome, he conseguido también acabar otra carrera, en este caso en el "University circuit", a durísimas penas, a tres cilindros y con el colín arrancado, pero cruzando por meta sin ser doblado... cual cocodrilo en aquella maravillosa leyenda que ocurrió en ,la Isla Felipe. Todo ello, de nuevo, quemando gasolina que necesitaba para completar mi vuelta rehabilitadora, ya sabéis, el consumo y su control es clave en estas carreras de larga distancia...En estos últimos 12 meses, también he tenido que aceptar pasar de estar casi 24 horas subido a una moto, literal o metafóricamente, a prácticamente darme una vuelta a la semana de 5 minutos por la puerta de mi casa en la Beta de trial que guardo en mi garaje con la sensación de ser un Wayne Rainey, pero en vez de encima de su YZR, subido al kart adaptado en el que terminó en genio de California. 

El resto de mi tiempo lo dedico a enfocar mi nueva participación en la sociedad que poco tiene que ver con la que he llevado prácticamente a lo largo de toda mi vida y en la que he tenido que empezar desde abajo, "barriendo el taller", como diría Nieto, o el aula en este caso, como tantos y tantos otros habéis hecho en nuevos proyectos en la vida. Coaching, soldaduras, clases de Inglés, Pedagogía Terapeútica, etc... No me importa, no es la primera vez y espero que no sea la última, pero esto también es un esfuerzo que me está consumiendo y que, lógicamente, resta energía del objetivo médico de la rehabilitación. Pero está claro que no puedo renunciar a estos cambios ya que todos tenemos que ganarnos el pan que nos comemos y dar techo a los nuestros, y en esa cuestión no puede haber discusión alguna de priorización o no. No hay elección. 

Lo cierto es que, es curioso, pero la gente que te ve andando, ya sin cojear, piensa que ya estás recuperado y que no necesitas hacer nada más, por lo cual no te ayudan psicológicamente a seguir en el esfuerzo que uno mismo sí que sabe que necesita y que está todavía muy lejos de completar. Es una lucha en la que poco a poco te vas quedando solo, aunque mi fisioterapeuta y amigo Alberto, sorprendentemente, no ha abandonado el barco, cuando lo normal habría sido que lo hubiera hecho ya a estas alturas. Mi mujer tampoco me abandona, pero, para no verme sufrir más, me dice que si no es mejor parar ya. Claro, no la culpo, ella nunca ha salido de Ballagarey con la rueda en el aire a 250...

No obstante, mi lucha no acabará hasta que pueda doblar la pierna como lo hacía antes del accidente, o parecido, o bien porque las fuerzas se me acaben completamente, pero, por muy largo que sea el camino, volveré, estoy seguro de que lo haré... tengo que volver a salir cruzado y mirando atrás como mis rivales no pueden seguirme, al más puro estilo de mi ídolo del cual tomé mi número preferido...(soñar no es que no cueste nada, es que alimenta mi voluntad)

Ahora viene una etapa muy difícil, paso semanas malísimas y baches dakarianos, y quizás psicológicamente la peor hasta el momento, ya que tengo que luchar solo contra mí mismo para no ceder y detener la progresión por muy difícil que se esté poniendo y por poca motivación al sufrimiento que vaya quedando en mi interior, para llegar a un objetivo que ya casi va desapareciendo de la consciencia colectiva, excepto en la mía: Antonio Maeso Reloaded


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